Aquí estamos de nuevo homenajeando como se merece cuatro titulazos de mediados de los 90, cuatro juegos que me enamoraron, tres de ellos en su época y el de la poderosa Neo Geo una década y media después, cuando lo puede saborear a gusto gracias a la emulación.
Sea como fuere, vaya por delante que recomiendo encarecidamente todos y cada uno de ellos. Vamos al lío!
Empezamos fuerte. Este juego no es ni más ni menos que la adaptación portátil del fantástico Donkey Kong Country 2 de SNES, pero adaptado a las limitaciones y particularidades de la portátil de Nintendo. Lo cierto es que asombra la calidad gráfica y de animaciones que lograron, siendo una proeza al alcance de muy pocos estudios, y es que Rare ya estaba consagradísima por aquel entonces por exprimir las máquinas y sacarles un rendimiento, a priori, inalcanzable por éstas.
Eso sí, no hay que llevarse a equívocos, lo que hace a este DKL2 un grandísimo juego no es su apartado técnico, esa es la guinda al pastel, lo importante aquí es la jugabilidad y el diseño de niveles, así como la ajustada dificulta haciendo un juego realmente retante, y es ahí donde la saga de los simios de Rare da la talla como ningún otro juego del género en Game Boy, posicionándose en lo más alto de un género que de por sí estaba abastecido con la creme de la creme en la época.
Corría el año 1996, las consolas de 32 bits ya estaban asentadas en el mercado, Windows 95, el CD-Rom y las tarjetas aceleradoras hacían palpables el salto generacional con respecto a PCs y consolas anteriores y ahí estaba Neo-Geo, lanzada en 1990, sacándose de la manga este fantástico Metal Slug, con un apartado gráfico y unas animaciones que bien podían pasar por un título de Saturn o PlayStation.
En su momento no pude disfrutarlo como me hubiera gustado, no era muy fan de pagar por partidas tan cortas en recreativas y cuando lo hacía era a juegos de disparos rollo The House Of The Dead o Time Crisis o de carreras tipo Le Mans 24 Horas.
Por suerte, gracias a la emulación pude disfrutarlo como Dios manda muchos años después y valió la pena, porque no sólo es un juego que destaque por su apartado técnico, sino que tiene una jugabilidad ajustadísima, con un ritmo muy bueno de juego, una dificultad endiablada (jamás me lo he conseguido pasar con 5 duros) y añadidos con respecto a las vacas sagradas del género como el pilotar distintos vehículos. Todo ello le daba su personalidad propia y redondeaba un producto la mar de cojonudo.
Corría el verano del 96 cuando descubrí esta joya en casa de mi primo. Ya he contado alguna vez acerca de aquel verano con la GB y cómo volví de las vacaciones convencido de que debía hacerme con mi propia portátil para disfrutarla como es debido.
A pesar de estar a una distancia considerable en cuanto a nivel técnico y ser muy lento comparado con las versiones de sobremesa (sobretodo a partir del Turbo), es un juego muy disfrutable, basado en la primera versión de Street Fighter II pero con 6 personajes en lugar de 8. A pesar de ello están todos lo movimientos y combos de éstos, en un esquema de control que resuelve mejor que MegaDrive el tener menos de 6 botones, ya que uno de los botones es para puñetazos y el otro para patadas (las medianas), mucho más cómodo que tener que cambiar entre unos y otros mediante el botón start.
A pesar de ser una versión muy recortada era pura magia poder tener un Street Fighter portátil.
Después de disfrutar como un enano de los 2 primeros Super Mario Land llegó a mis manos la tercera entrega de la serie, Wario Land, que convertía al antagonista de la anterior entrega en el protagonista de esta. El juego cambiaba bastante en cuanto a mecánicas y daba un paso al frente en el apartado gráfico, pero por H o por B jamás llegué a cogerle el gusto como a Super Mario Land 2, pareciéndome un paso atrás en cuanto a diseño de niveles y manejo del juego.
A pesar de ello estamos hablando de un juego muy bueno, pero que no está al nivel de su predecesor, causando un agravio comparativo del que es muy difícil escapar.
Con todo ello no deja de ser un juego muy curioso y todo un clásico dentro del género que merece ser jugado.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Habéis probado alguno de estos juegos? Qué os parecen? Nos leemos!!!
Vaya cuarteto increíble me has sacado aquí. A DK y a Wario les di muchísima caña en su día. El DK además le guardo un cariño especial porque me lo compró mi tía en una escapada a Andorra :') qué buenos tiempos.
ResponderEliminarAl Street Fighter de Game Boy no llegué a jugar, jugué a sus versiones de sobremesa. Y de Metal Slug que te voy a decir, si bien no lo jugué en la época, lo he emulador en incontables ocasiones :D
Para mi Donkey Kong Land 2 tiene la peculiaridad de ser el juego con el que estrené mi Game Boy, así que imagina lo especial que es para mi.
EliminarEl caso de Street Fighter, a mi me encantaba el SFII de SNES, al que jugaba mucho con un buen amigo de mi barrio y lo cierto es que la versión de GB es muy pintona, me vició muchísimo.
Y Metal Slug lo mismo que tú, en su época no pude catarlo, de hecho hasta muuuuuuchos años más tarde y gracias a la emulación, pero me encantó.
Gracias por pasarte por aquí!!!