GAROU: MARK OF THE WOLVES

    Durante los 90 los juegos de lucha eran religión, capaces de inclinar la balanza a la hora de tomar la decisión de qué consola comprarse. Y si bien en la primera mitad de la década el debate Street Fighter/Mortal Kombat/Fatal Futy estaba sobre la mesa, en la segunda mitad, con la llegada de los juegos poligonales, la lucha 2D quedó en un plano muy secundario, tanto que muchos no jugamos en su momento a las grandes obras maestras del género, que coincidió que alcanzaron la maestría, su máximo exponente, en una época en que la moda se había pasado a la lucha 3D, haciendo que muchos como yo hayamos tenido que ir redescubriéndolos varias décadas después, como en el caso del título que nos ocupa hoy, Garou: Mark Of The Wolves, lanzado originalmente en 1999, en plena era de Virtua Fighter 3, Dead Or Alive, Tekken 3 y el magistral SoulCalibur.

HISTORIA

    Han transcurrido 10 años desde el último torneo en que Terry acabó definitivamente con Geese Howard y se hizo cargo de su hijo Rock. El antagonista de esta entrega, Kain, celebra un nuevo torneo denominado The King Of Fighters: Maximun Mayhem, en el que se apunta Rock para descubrir el paradero de su madre, así como el origen de su poder.

APARTADO TÉCNICO/ARTÍSTICO

    Lo primero que llama la atención de esta entrega de la serie Fatal Futy es la completa renovación del roster de personajes, donde solo queda Terry y encima está con el diseño completamente cambiado, por que lo que la sensación de estar jugando a un juego completamente nuevo es altísima.

    En el apartado sonoro encontramos unos temas de música electrónica que pegan mucho con ese estilo que tiene Fatal Fury de película de artes marciales en un mundo moderno, urbano, de peleadores callejeros.

APARTADO JUGABLE

    El roster de personajes es muy variado, no tiene la amplitud que se estila hoy en día, pero a cambio están todos muy diferenciados entre si, tanto en estilo visual como en set de movimientos, por lo que hace que ponerse a los mandos de uno u otro haga variar notablemente la experiencia de juego.

    En cuanto al control el juego cuenta con una suerte de parry que si se ejecuta de forma precisa nos permite recuperar una pequeña cantidad de la barra de vida. Por otro lado, se elimina la pelea en 2 profundidades típica de la saga, asemejándolo más a un juego de lucha 2D de toda la vida. Y como peculiaridad, elegimos resaltar una parte de la barra de vida, la inicial, la intermedia o la final y cuando la barra vaya en ese segmento el personaje brilla y recupera paulatinamente un pelín de ésta. 

    También tenemos un movimiento especial que se ejecuta combinando C+D, lo que es una peculiaridad en una saga súper técnica, que se basa absolutamente en introducir imputs de forma precisa, castigando mucho el meter imputs a lo loco.

    También poseemos una suerte de barra de super que se va rellenando al reallizar parrys o ejecutar especiales de forma satisfactoria para poder realizar los especiales definitivos de los personajes (los hay de 2 niveles diferentes).

OPINIÓN

    Estamos en 2024 y el juego se maneja de lujo, ha sobrevivido al paso del tiempo, incluso me atrevo a decir que hoy en día, disfrutar de un título de lucha completamente en 2D, con ese mimo en las animaciones, el arte de los escenarios y demás, es un auténtico lujo que no se estila para nada hoy en día. Por cierto, atentos a 2025 porque parece que se viene por fina la continuación, 26 años después!