Filosofando: "Enséñame a desaprender"

    ¿Eres de los que cuando juegas a un videojuego pasas tu tiempo analizando al dedillo cada uno de los apartados? ¿te fijas en todas las texturas? ¿ Miras la carga poligonal? ¿Eres capaz de valorar cuando un juego va a un cierto framerate? ...Si cuando juegas a un juego, centras toda tu atención en ese análisis casi informático del mismo, creo que lo que se te escapa, es lo más importante, el juego en si. 

    Bien, me gustaría explicarme, no me refiero a que estos aspectos no sean valorables, pues la buena producción del juego en esos apartados termina resaltando por si sola. Me refiero a ese afán por despiezar un juego como si de un cerdo se tratase, desglosar un cuerpo (el título), para valorar toda su fisiología. Creo que quien haga eso, simplemente no es un buen analista y mucho menos un buen jugador. 

    Siguendo con la metáfora, si basásemos por ejemplo ese criterio a la hora de analizar un videojuego o analizar distintos tipos arte (no digo que los juegos sean arte, no lo creo, pero esto lo dejo para otra ocasión), e incluso a las personas, jamás disfrutiaríamos de ellos/as, seríamos incapaces de sumergirnos en esa experiencia artística y/o personal, y en los juegos, como en el arte y en la sociedad, pasa lo mismo.

    Quizás sea a causa de ese miedo del gamer por reconocer cuando algo es bueno o no, y ahí se halla el gran error, un juego que verdaderamente se disfruta es uno en el que te sumerges, y cada vez que le disparas un interrogante a la pantalla no haces más que alejarte de él.

    No creaís que esto es una crítica de puertas para afuera, pues más bien es una autocrítica, que me vino a la cabeza después de un tiempo en el cual no era capaz de dejarme absorber por esta disciplina, y todo esto lo vi patente tras jugar a Zelda: Skyward Sword. Con este juego, además de una SOBREINFORMAIÓN desmesurada que me tragué como una Zerda (cosa que refleja nmlss en este artículo suyo), lo que me provocó que fuese incapaz de dejarme seducir por este juego fue al interrogatorio al que lo sometí durante todo su proceso. "Este puzle es realmente ingenioso?", "¿La historia es realmente buena?" "¿responde bien el control?" e incluso esa lacra que persigue a todos los Zeldas tras OoT "¿A qué nivel se encuentra con respecto a los otros juegos de su misma saga?". Pues bien, una vez pasado y terminado, os puedo decir que he jugado, cada una de las p*tas partes de este juego, tratando de responder a cada una de esas p*tas respuestas, cosa de la cual me arrepiento enormemente.

    Y toda esa mierda se fue por donde vino cuando me re-pasé a sus predecesores Wind Waker y Ocarina of Time( Paso de estar poniendo "TLoZ" cada tres lineas). Cuando jugaba a esos juegos, olvidaba todo, volvía ser aquel niño pequeño que no sabía nada sobre juegos y menos lo necesitaba. Pues bien, me los pasé y me los DISFRUTÉ como la primera, segunda,tercera vez... Fué un absoluto flashback emocional.

    Después tomé el Resident Evil Code: Verónica (este no me lo había pasado) y saqué el viejo traje de "Gonzalito" de debajo de la cama, y volví sentí miedo, claustrofobia, pena, adrenalina e incluso un cierto morbo hacia Claire que no he conseguido definir del todo y que tampoco quiero hacerlo.

    Y, a no ser que sea al único ser del averno al que le pasen estas cosas, creo que todo el mundo tiene ese juego que le sedujo como una fulana de carretera y lo tuvo a su merced, y no me equivoco cuando digo, o casi afirmo, que ese juego tan especial que todo el mundo tiene, coincide con una etapa bastante temprana de vuestra vida. ¿Casualidad? Que va, esque todos tenemos demasiadas prisas en ser unos resavidos de la vida y unos 'harcore gamers' para poder juzgar qué es lo bueno y lo malo, y así creernos nuestras propias palabras.

    Merece la pena? Repito, ¿Merece la pena esa criba predefinida a la que inducimos a un título? Yo al menos, de pequeño disfrutaba de todos los juegos. Buenos-malos, Bonitos-feos, Fonateros-Erizos, Dinosaurios-Zombies. Me era indiferente, simplemente si a un juego le faltaba algo, se lo agregaba yo de mi imaginación. Pues esa para mi es la gran diferencia entre los videojuegos y el arte, esa capacidad del jugador de aportar sus propias emociones, sentimientos e imaginación a la propia obra (aunque eso no quita que haya juegos con los que simplemente no congenies, que es algo muy distinto).

    Y para terminar, y aprovechando que vivo en Málaga y que todo el mundo es "super-fan" de Picasso [aunque nadie entienda un carajo lo que pinta (trata de pintar igual que lo haría un niño si supiese pintar)], voy a dejaros con una frase suya que me parece aplicable a todas nuestras vidas, y al texto este en cuestión. Dijo algo así como: "De niño pintaba como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a pintar como un niño",y yo de la misma manera también quiero volver a jugar como un niño, pues nadie más me va enseñar "cómo debo  jugar".

    Un cordial abrazo a todos.

Artículo por Gonzalo para 

Club De Los Jugones Muertos

Colonia9