No es nada fácil para mi arremeter una reseña como esta, hablamos de uno de los juegos a los que más horas le he metido en los últimos 6 años, que se dice pronto, que me fascina y me llena como aficionado a los juegos de lucha y como fanático de Dragon Ball, que me parece muy top pero a su vez le veo las costuras, teniendo un debate interno entre cuánto me llena y emociona y cuán bueno pienso que es (que lo es, de eso no hay duda).
Si tuviera que elegir una obra artística de cualquier ámbito por encima del resto, creo que la obra de mi vida es Dragon Ball, así que imaginad cuando por fin, en enero de 2018, se lanza un auténtico juegarral de lucha que no precisa del fenómeno fan para ser disfrutado como lo que es, un auténtico título a tener en cuenta en el género independientemente de la licencia que posee. Señoras y señores, con todos ustedes, Dragon Ball FighterZ.